Cuales son tus intenciones?

Mateo 6:1 “¡Tengan cuidado! No hagan sus buenas acciones en público para que los demás los admiren, porque perderán la recompensa de su Padre, que está en el cielo.”

Hubo un momento oscuro en mi vida en el que sentí que me estaba ahogando en un mar de profunda angustia y dolor, desesperadamente buscando por aire. Durante este tiempo, se me pidió que dirigiera la adoración, al principio dudé y luego pensé: "¿Sabes qué? La adoración es mi oasis al que me escapo" Así que acepté la petición. Más tarde ese día me di cuenta de que mis intenciones para aceptar esta petición eran egoístas porque estaba buscando la adoración como mi propia sesión de terapia personal. La tarea que se me pidió fue guiar a un grupo de personas en una adoracion compartida (unida) a Dios. Fue entonces cuando hice un pacto con Dios de no permitirme usar la adoración pública como mi propia sesión de terapia íntima. A pesar de cómo me sienta en ese preciso momento, mi estado emocional no será el centro de mi adoración. Aunque la adoración es mi propio oasis personal, especialmente en mis momentos más oscuros, como líder de adoración, necesito poder separar mi adoración íntima (privada) de la adoración pública compartida con el resto de la congregación.

Hay una gran diferencia entre el tiempo de adoración privada (íntima) con Dios y la adoración pública compartida con otros (congregación). El tiempo de adoración privado (íntimo) con Dios ocurre durante tu tiempo devocional con Dios, donde apartas un tiempo personal con Dios en oración, adoración y lectura de la palabra. Esos son los momentos en los que compartes con Dios tus pensamientos más íntimos y te desbordas delante de Él entregando tus cargas. La adoración pública es cuando te unes a la congregación para alabar a Dios como un solo cuerpo y un mismo sentir. Estos son los momentos en los que todos juntos magnificamos el nombre del Señor. Hay un problema que está ocurriendo en estos días es que la adoración publica se ha convertido en una sesión de terapia grupal tratando de llenar un vacio, donde el tipo de adoración es "Dios, así es como me siento, y porque tú eres mi padre, tienes que satisfacer mi necesidad" y ha tomado el centro del escenario cuando la adoración debería ser: “Tuyos, oh Señor, son la grandeza, el poder, la gloria, la victoria y la majestad. Todo lo que hay en los cielos y en la tierra es tuyo, oh Señor, y este es tu reino. Te adoramos como el que está por sobre todas las cosas. 12 La riqueza y el honor solo vienen de ti, porque tú gobiernas todo.” (1 Cron 29:11-12)

Estoy Segura de que te estarás preguntando "¿qué tiene que ver tu historia con las diferencias entre el adoracion privado y el público?" Te Explico; Podría haber aprovechado fácilmente ese momento de dirigir la adoración para seleccionar canciones que coincidieran con lo que estaba sintiendo, pero el espíritu santo me redarguyo y me hizo entender de que todo tiene su tiempo y su lugar. Así como un predicador necesita asegurarse de que el sermón que expone debe ser de manera responsable porque la palabra de Dios tiene un gran peso, nosotros como líderes de adoración y adoradores debemos sentir ese mismo peso cuando adoramos, especialmente en la adoración pública. Tristemente, en el mundo de hoy, la adoración pública se ha convertido en un espectaculo para las masas con el objetivo de recibir la estampa azul de validacion. Las canciones y sermones más virales de hoy son los que alimentan nuestro ego, donde sentirse bien es la musa(inspiracion). Donde la intencion es para verse visto y ser admirado por muchos como el ungido(a) de Dios. La intencion de todo lo que hacemos (incluyendo la adoración) en el nombre de Dios nunca debe ser en busca de beneficio personal ni validación del pueblo, sino debemos estar en busca de la validación del Dios Altísimo, quien es el unico digno de toda honra, gloria y alabanza. Les exhorto – que te examines y autoevalues si todo lo que haces para Dios es con la intencion de honrar a Dios o para recibir validacion y reconocimiento del pueblo?

Colosenses 3:23-24 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.”

2 Tim 2:15-16: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. “

"La intencion de todo lo que hacemos (incluyendo la adoración) en el nombre de Dios nunca debe ser en busca de beneficio personal ni validación del pueblo, sino debemos estar en busca de la validación del Dios Altísimo, quien es el unico digno de toda honra, gloria y alabanza. "


Autor: Awilda V.

theoreihub@gmail.com

1.22.24