Paradoja del Cambio
Hebreos 13:8 - Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos de los siglos.
Es interesante reflexionar en la Generación la cual vivimos, donde el concepto del “Cambio” es tanto anhelado como evitado, produciendo una Generación Paradójica en cuanto al “Cambio.” Cuando es conveniente cambiar pues entonces deciden seguir tales huellas, pero cuando el cambio es chocante o requiere morir a nuestros deseos, entonces se decide seguir siendo la misma persona y excusarnos bajo frases tales como: “asi nací asi morire,” “yo soy asi y nadie me cambia”, o peor aun, “Dios me hizo asi y El me ama como soy.” Es fácil abrazar una de estas frases junto a las excusas del Modernismo y decidir no cambiar para Dios, reconociendo que esto requiere un Nuevo Nacimiento Espiritual. Sin embargo, cuando el cambio es de acuerdo a lo que la Cultura te ofrece, tal como los esfuerzos de las olas de movimientos “Woke” tales como LGBTQ, Feminismo, Sexismo, entre otros, entonces si se decide cambiar conforme a lo que tales ofrecen para así ser como nuestros tiempos demandan ser. Muchos dicen que es para ser más “actualizado”, pero en realidad solo estaríamos siendo alguien que el Enemigo quiere que seamos, utilizando el mundo y las corrientes como un disfraz para tirar la red y que caigamos redonditos en ella. Esto ni siquiera es un Cambio, es más bien ceder a los pedidos de una Generación que define tanto la Identidad como el Cambio incorrectamente. Esto y mucho más ha producido una Generación Paradójica ante el Cambio.
Cuando buscamos responder a tal Paradoja tras el lente bíblico podemos notar varias respuestas asombrantes y edificantes. En el Génesis, al Dios crear al hombre, Él se relacionaba y hablaba directamente con el, había una relación muy gloriosa entre ambos donde el hombre era aún inocente, desconocía el pecado pues el tal aun no había sido revelado. Dios le había dado órdenes, y la meta era que el hombre no cambiará, sino que fuera fiel a Dios. Luego del hombre caer, ahora necesitaba la Redención para luego alcanzar un Cambio en su vida. Ya no existía esa relación como en el principio, ya su pecaminosidad había tomado cierto control sobre él, el cual solo Cristo podía romper para que luego así tras la Gracia el hombre sea una Nueva Criatura. El Plan de Redención de Dios no consiste solo en SALVAR al Hombre, sino también en TRANSFORMARLO. Pues la Morada Celestial a la cual el Cristiano se dirige, no es cualquier lugar, requiere de Santidad, de Nuevas Criaturas que abrazaron la Redención pero también la Transformación. Por lo tanto, desde la caída del Hombre, Dios siempre ha querido que el Hombre Cambie y sea Cómo Él, reflejando Su Imagen, produciendo Fruto, y yendo de Gloria en Gloria. La pregunta no es si Dios quiere que yo cambie mi carácter, mis dudas, mis excusas, claro que si, Él quiere que cambiemos hasta que seamos cómo Él, una tarea que nos tomará toda la vida, la pregunta más bien es, ¿cómo podemos realizar tal cambio? Un Cambio de tal Magnitud, requiere un Dios de Tal Majestad.
Es aquí donde nuevamente visitamos la Existencia de Dios para poder entender nuestra Identidad. Es aquí donde nuevamente Dios nos apunta hacia Su Majestad, para poder entender nuestra Debilidad. Desde principio a fin, Dios nos ha revelado quiénes somos, pero también quien es El. Cada momento de Cambio en la Biblia, primero apunta a lo que Dios ES, para luego mostrar lo que Dios HIZO. Tanto en los libros introductorios como los conclusivos de la Biblia, ya podemos ver que Dios siempre ha existido, que no fue creado por alguien, no fue un experimento, no fue alguien que cambió, sino que Dios siempre tuvo el Poder de Ser el Mismo aun en la Trascendencia de los Tiempos. La Biblia es clara al Mostrar que Dios nunca Cambió, pero Dios sí se Reveló. Pues era necesario que tal Revelación al ocurrir, produjera un Cambio en todo Recipiente. He aquí el Secreto de tal Paradoja del Cambio, El Hombre puede ser una Nueva Criatura, debido a que Nuestro Dios sigue Siendo el Mismo. Dios no cambia, pero El si hace que el Hombre cambie. Ya Dios es perfecto, eterno, todopoderoso, santo, Él no necesita cambio, ajustes en Su existencia, Él permanece en quien Él es. Pero el hombre si necesita que un Dios inmutable, capaz de transformarlo, esté dispuesto a Revelarse, pero también poner Sus Manos a la obra. La Inmutabilidad de Dios es necesaria para la Transformación del Hombre. Un Dios que cambia y que no sabe quién Él es no podrá Transformar ni brindar Luz a aquellos que estén igualmente confundidos. Dios sabe quien Él es, El conoce todos Sus Atributos, Él no titubea, El es Firme como una Roca, cuanto más Él no sabrá, cada destello de nuestra identidad, y todo lo que hay en nuestro Ser. Tenemos el Privilegio de poder ser Transformados por un Dios Inmutable.
Es necesario que nuestra Generación entienda tal Paradoja, pero también su Solución Bíblica. Nuestra Generación no necesita un Jesús Nuevo como el proyectado por sectas religiosas y doctrinas de demonios, más bien necesita Entender el Jesus que siempre ha Existido y que nunca Cambiara. No necesitamos un Nuevo Jesus, sino Conocer a Aquel que nunca ha Cambiado. Un Jesús “Modernizado o Alterado” Envolverá el Mundo produciendo un supuesto descanso, más el Jesús Bíblico e Inmutable, Transformará las vidas al virar el mundo “patas arriba” tal como en los tiempos de la Iglesia Primitiva. El Jesús “Modernizado o Alterado” Agradará al Mundo, mas el Jesús Bíblico e Inmutable, Sacudirá el Mundo hasta lograr Transformarlo.
Más que nunca, necesitamos al Jesús de la Biblia, en nuestras Vidas, Hogares, Escuelas, Trabajos, pero sobre todo, en nuestros Corazones y Ser.
"El Hombre puede ser una Nueva Criatura, debido a que Nuestro Dios sigue Siendo el Mismo."
Autor: Jorge Colón
theoreihub@gmail.com
1.04.2025