Hasta que Rebose!


Mateo 25:1 - Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. Mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta.


Es interesante notar como Jesus, El Mejor Predicador de todos los tiempos, fue variado en su estilo de Predicar y siempre lo hacía de manera efectiva ante su audiencia. Él utilizó Parábolas para explicar conceptos complicados. Estas pueden ser vistas como cortas historias, con granos de cultura y simbolismos las cuales contienen profundas enseñanzas. Estas también esconden una paradoja donde a través de ellas, Jesus esconde la Verdad del Incrédulo, y la Revela al Humilde y Sediento de Justicia. Sin embargo, es un tema con profundidad que podemos trabajar más adelante. Ya sea a través de Parábolas, Alegorías, Sermones, Jesus siempre ha sido y será el Mejor Predicador de todos los tiempos, Aquel que debemos emular en todo lo que hagamos, y aún más, cuando Prediquemos Su Palabra. 


En esta Parábola en particular, el énfasis es la venida de un Esposo por Su Novia. El Esposo debía encontrarse con las damas de honor, aquellas que salían a recibirlo y con sus lámparas iluminaban el camino para luego conducirlo hacia la Novia y llevar a cabo la Ceremonia Matrimonial. Para la sorpresa del Esposo, al llegar al lugar, el encuentra cinco damas de honor preparadas y otras cinco que no estaban preparadas. Bajo su contexto y gramática original, estas fueron identificadas como Prudentes (Reflexivas) e Insensatas (Irreflexivas). Las Cinco Reflexivas son aquellas que meditaron, estuvieron alerta y sabían lo que venía pero también accionaron hacia ello al preparar sus Lámparas pero también el Aceite. Las Cinco Irreflexivas supieron lo que había de venir, mas no accionaron, no meditaron, no pusieron en acción la preparación, tenían sus Lámparas más carecieron de Aceite. Tal escenario describe la condición de la Iglesia, unos son Reflexivos y otros Irreflexivos, dejando de Pensar en lo por venir y dejando de Prepararse, ESTARÁN presentes pero no SERÁN REFLEXIVOS, habran MUCHAS Lámparas, más MUY POCO Aceite. Al igual que ellas, todos sabemos lo que ha de acontecer, el Esposo, la Cabeza de la Iglesia ha de regresar por Su Novia, pero solamente por una Novia Reflexiva, aquella que no procura solo Conocer lo que Sucederá, sino estar Preparada para tal Acontecimiento. Estar preparado requiere ser Reflexivo, meditar y accionar en lo por venir, para así remover lo que obstruya tal preparación y carencia de aceite. La Venida de Cristo no solo demanda Anticipación, sino Preparación. He aquí el caso de las Reflexivas y las no Reflexivas, todas pudieron Anticipar su Venida, mas no todas se prepararon Correctamente. La noticia más triste que una persona puede escuchar, es que Cristo haya regresado y no hayamos sido tomados por Él. 


Abundando en el proceso de Preparación de las damas de honor, podemos encontrar que cada una de ellas poseían una Lámpara y una Vasija. Era necesario que tuvieran ambas para que la Vasija pudiera almacenar el Aceite que utilizarían para sus Lámparas. Esto produce una cierta relación entre las Lámparas, las Vasijas y el Aceite, ya que era necesario que las tres estuvieran presentes para que las damas de honor esperen correctamente preparadas. Notemos la narración, Jesus dijo; “tomando estas sus Lámparas, pero no tomaron Aceite…”. Tal parece que cinco de las damas de honor, tenían su Lámpara bien preparada, pero sus vasijas no tenían suficiente Aceite para poder volver a encender la Lámpara cuando el Aceite en uso se apague. Recordemos que el Aceite era lo que las Lámparas de tal cultura utilizaban para ser encendidas y producir Luz para el camino. Estas lámparas no son como las modernas, que a través de electricidad pueden brindar luz por largo tiempo, estas Lámparas sin Aceite nada podían hacer. Es alarmante encontrar denominadores comunes en nuestra generación, pues hoy tenemos Abundancia de Lámparas, pero también Carencia de Aceite. Tal enseñanza nos lleva a reflexionar y notar como nuestro problema no es que no hay Aceite, es que no hay Llenura de Aceite. Muchas de nuestras Lámparas tienen Aceite, solo que unas tienen mucho, otras poco, pero muchisimas, tienen Aceite pero no están llenas. Hemos alcanzado etapas donde nos conformamos con tener solo un poco de Aceite para que la Lámpara Alumbre, mas la Vasija no se Desborde. Pues todos podemos Amar una Lámpara que nos Alumbre el Camino, pero una Vasija que requiera nuestra Atención y Tiempo. ¿Cuántas Lámparas no se encuentran a punto de apagarse? cuantas Lámparas no han perdido ya su Aceite? peor aún, cuántas Vasijas carecen de Aceite? ¿Cuánto tiempo llevan nuestras Vasijas sin Rebosar con Aceite? ¿Cuánto tiempo lleva la Iglesia conformándose con Lámparas que Alumbren, mas no con Vasijas que Rebosen?


La solución al asunto lo vemos en la Preparación de las Cinco Prudentes, aquellas Reflexivas que estuvieron dispuestos a Encender Sus Lámparas, pero también a Llenar Sus Vasijas con suficiente Aceite. Notemos que todas trataron de arreglar sus Lámparas tras la llegada del Esposo, sin embargo, solo las Reflexivas, tuvieron el Aceite Suficiente para volver a Encender sus Lámparas, pues el Aceite en las Lámparas no es ilimitado, mientras más Aceite se usa, más Aceite se necesita. Así es la vida del Cristiano, mientras más Busquemos a Dios, mas lo necesitamos, mientras más Oramos, más necesitamos Orar, mientras más Sirvamos, más Aceite necesitaremos. La razón por la cual sus Lámparas tuvieron Aceite, es porque sus Vasijas rebosaban de Aceite. Tal como en la Parábola, hoy Dios invita a nuestra Generación a no solo enfocarse en las Lámparas, sino en nuestras Vasijas, nuestras vidas, nuestras almas, ese lugar donde almacenamos el Aceite derramado del Cielo, el cual tipifica la Presencia, el Ungimiento, la Llenura del Espíritu y mucho más. 


Porque echar tan solo un poco de Aceite en nuestras Vasijas, cuando Dios tiene más que suficiente para hacer que Rebosen?


Nuestra Generación no solo necesita una Iglesia con Vasijas Llenas, sino una Iglesia que sus Vasijas Rebosen y puedan producir Suficientes Lámparas para Alumbrar al Mundo Entero


"Nuestra Generación no solo necesita una Iglesia con Vasijas Llenas, sino una Iglesia que sus Vasijas Rebosen y puedan producir Suficientes Lámparas para Alumbrar al Mundo Entero."


Autor: Jorge Colón

theoreihub@gmail.com

1.09.2025