Aletheia y Emunah
Juan 8:31 - Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres
En los alrededores de Jerusalén, Galilea, Capernaum, y muchos otros lugares, Jesús constantemente predicaba acerca del concepto de la Verdad. Tal fue el énfasis de Jesus en cuanto a la Verdad, que Él no solo predicó sobre ella, sino que explicó lo que la Verdad era, y también se identificó con la misma al decir, “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.” Esto rompió los paradigmas y los inventos del hombre al tratar de manipular el concepto de la Verdad, pues muchos habían tratado de establecer su propia Verdad, muchos habían cambiado su significado, pero nadie se había IDENTIFICADO como la VERDAD. Esta acción de Jesus requería una explicación para entender cómo se podía conectar un término tan profundo con una persona que al momento parecía ser solo el hijo de Jose, un carpintero que daba indicaciones de ser el Mesías en las cuales muy pocos quisieron creer. Es por esto que una de las metas de Jesus durante la tierra, fue explicar tal concepto de manera que entendamos lo que es y que también podamos acercarnos más a Él, pues Él también es la Verdad, y fuera de Él, no existe Verdad. Jesus sabía las complicaciones y las definiciones brindadas por la cultura, no es coincidencia que el Espíritu Santo inspiró a hombres a utilizar términos específicos en su original para referenciar la verdad. Con tan solo un poco de profundidad podemos abrazar destellos de gloria en tal concepto, los cuales nos acercan aún más a los manantiales que Dios tiene para Su pueblo. Veamos más adelante….
Lo primero, el texto base (Juan 8:31) fue primordialmente dicho hacia una audiencia judía que a pesar de su trasfondo, habían escogido creer y recibir aquello que Jesus enseñaba. Para tales judios, en sus mentes, la ley era esa Verdad, aquello que atesoraban, pero ahora escuchar que una persona se identifica con la Verdad, esto revoluciona su antiguo pensar, pues tienen que haberse preguntado; ¿cómo la Verdad podría pasar de páginas a un corazón? Para beneficio de ellos y también todo futuro lector, al Jesús saber que esto quedaría registrado en la Sagrada Escritura, Él decide mayormente explicar y hacer referencia a la Verdad con tres términos, de los cuales solo estaremos enfatizando los dos principales, Aletheia y Emunah. Citando las palabras de un teólogo, él decía; “cuando consideramos el término “Verdad” en el contexto bíblico, nos percatamos que tenemos mucha influencia griega en cuanto al concepto (aunque ciertamente muy matizada por las diferentes concepciones filosóficas que se fueron dando en los últimos siglos).” No obstante, hay una raíz griega que se mantiene. La Hermenéutica nos ayuda a comprender que a pesar de que los términos bíblicos podían tener diferentes usos y significados, siempre había una raíz que solía resaltar. Es por esto que estaremos solamente enfocándonos en Aletheia y Emunah, ya que son los más resaltantes durante el proceso de entender la Verdad.
Podemos identificar el término Aletheia como raíz y punto fundamental para la Verdad, especialmente en el NT. Aletheia en el griego koiné es definido como; “la Realidad, Descubrir la Realidad de lo que se Dice, o remover el Velo.” Esto lo lleva a cabo al enfocarse en lo que es, aquellas cosas que son, lo Presente. Por lo tanto, al Jesús hablar de Sí Mismo como la Verdad, aquella que los hará libres, El estaba referenciando no al Mesías que habría de Venir, sino aquel que ya estaba entre ellos, El hacía énfasis en una Realidad presente, el Hijo de Dios estaba entre los hombres, esto era certero, era real. Luego Jesus exhorta a recordar que todo aquel que conozca y tenga intimidad espiritual con tal Verdad, podrá ser libre. Hay una distinción que hacer, el Jesus (La Verdad) que ya vino es el que nos liberta, mas el Jesus que ha de volver, a pesar de ser el Mismo Jesus, este será El que nos reunirá con Él, solo a aquellos que ya le conocen y alcanzaron libertad en Su Nombre. Jesus sabía que ellos tenían su mirada y mente puesta en un Mesías POR VENIR, pero el utiliza Aletheia para demostrarles que aquel que esperaban ya estaba en ellos, lo que muchos esperaron, ellos lo vivieron. Así mismo pasa en nuestra Generación, muchas veces nos enfocamos en lo que Dios hará, en alguna promesa por venir, y olvidamos el Aletheia de las cosas que ya Dios ha hecho, y aún más, que así como esperamos a Jesus ya El vino, y aun asi habita en nosotros. Además, si observamos el último significado, el cual asocia Aletheia con el removido de un velo, Aletheia nos permite entender lo que antes no entendíamos, nos ayuda a vencer lo que antes no conocíamos, pues Jesus dijo que aquel que CONOZCA tal Verdad, será libre. Conocer la Verdad nos ayuda a remover el Velo de la Duda, pero también el de la Derrota, en Jesús somos más que vencedores, no sólo porque creemos en Su Existencia, sino también porque Su Existencia se manifiesta en nosotros.
También podemos identificar un segundo término utilizado para la Verdad, así como tenemos Aletheia, también tenemos el término Emunah. Emunah en el griego koiné es definido como “esa Fe que es Real, vista también como Fidelidad, también puede ser visto como una Verdad que es Fiel.” En este caso, Emunah apunta no sólo al presente, sino al porvenir, al futuro, a lo que viene. De modo que la Verdad está relacionada con la profecía y la revelación de la misma, es como si apuntara hacia una Verdad que no se sujeta al presente y puede estar POR VENIR. Por lo tanto, el alcance hacia la Emunah requería Fe y fidelidad en esperar lo que aún está por ser Revelado. Recordemos que para el hebreo, la Verdad era algo revelado por Dios y se trataba de la confianza en la fidelidad de Dios, y en consecuencia uno que la vive tiene permanencia (Is. 7:9). Así como necesitamos el Aletheia de Dios, también necesitamos el Emunah, pues ya la humanidad vio Su Existencia, tuvimos el momento donde Él descendió y provocó tal libertad, sin embargo, no solo nos podemos quedar ahí, tenemos que también reflexionar en lo POR VENIR de tal Verdad, pues ese mismo Jesús que ya Vino, aún tiene una Segunda Venida en la cual lo que hoy es Emunah, pero se convertirá en la próxima Aletheia debido a que en ese momento, Su Venida será lo Presente, no lo POR VENIR, sino lo QUE ES. Es hermoso Apreciar el Aletheia de Dios, pero es glorioso Meditar en el Emunah de Dios, aquella Verdad que aún no ha acontecido, pero aquella que sabemos que ha de ocurrir, aquella que fortalece nuestra Fe, conociendo que Su Fidelidad es Grande, y Sus Promesas son más que Certeras.
La Iglesia debe Recordar la Verdad (Aletheia) que ya Vino, pero tampoco debe Olvidar la Verdad (Emunah) que ha de Venir. Dios y Su Verdad es Eterna, Él estuvo ayer, Él está hoy, Él estará mañana, y seguirá existiendo, por los siglos de siglos, amén….
"La Iglesia debe Recordar la Verdad (Aletheia) que ya Vino, pero tampoco debe Olvidar la Verdad (Emunah) que ha de Venir."
Autor: Jorge Colón
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2.15.2025