Selah
Salmos 3:3 - Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí;
Mi gloria, y el que levanta mi cabeza.
Con mi voz clamé a Jehová,
Y él me respondió desde su monte santo.
Selah
Es inevitable que al leer los gloriosos Salmos notemos la pequeñita palabra Selah y no cuestionemos su significado. Quizás nos hemos topado con frecuencia con tal palabra y hemos deducido nuestra propia definición o imaginamos lo que esta pueda significar pero su uso es tan inusual e interesante al mismo tiempo, ya que sabemos que toda la Biblia es de edificación, por lo tanto, no podemos pasarla por alto, tenemos que adentrarnos y descubrir cómo podemos ser edificados a través de la misma. De hecho, Selah aparece 71 veces en los Salmos y solo tres veces en el libro de Habacuc. Si el Espíritu Santo permitió al Salmista incluir tal palabra en sus escritos, estoy convencido de que Él también espera que todo lector la incluya en un rinconcito de su corazón. Recordemos, en Dios, a veces lo más pequeñito ante Nuestros Ojos, puede ser muy grande ante Sus Manos.
Dando un vistazo al contexto y origen de Selah, podemos encontrar un poco de dificultad al definir el término, pues no era muy común, y la mayoría de su uso fue durante los Salmos, los cuales al ser cánticos y oraciones a Dios, el uso de Selah se asociaba más como algo musical y necesario para complementar tal caso. Varios investigadores expresan que en el sentido musical, Selah podría hacer referencia a un interludio, conocido como el momento donde solo se escuchan los instrumentos y la congregación o el coro guarda silencio. También puede verse en la inversa y hacer referencia al momento donde las voces cantan a capela y los instrumentos toman un descanso. Es interesante comparar esto con nuestras alabanzas y cánticos entonados en nuestras congregaciones, no ha notado que siempre las alabanzas comienzan primero con un breve instrumental conocido como la introducción? Aquel momento que nos PREPARA para lo que ha de ser cantado, y luego también notamos como siempre durante la canción, hay una Pausa o Interludio donde se deja de Cantar y se deja que los Instrumentos hablen a nuestro corazón. Esto es debido a que todo cántico siempre necesita una Pausa o Interludio para llegar efectivamente al oyente. ¿Qué sucede en tal momento? Es allí donde se reflexiona en lo que se está escuchando, es ese momento donde abrimos nuestro corazón, y sentimos que vivimos aquello que cantamos, permitiendo que Dios, el oyente y recipiente de nuestra Alabanza, bendiga, aliente, fortalezca, y ministre a todo aquel que Le está cantando. Selah es necesario en el mundo musical, para lograr conectar el Cántico con el Cantor y el Oyente. De igual manera, Selah es necesario en lo Espiritual, para asegurar que los labios no sean los únicos entonando Palabras, sino que los Corazones entonen Paz, Gozo y Bendición. Veamos esto adelante…
Es necesario también recordar que los Salmos no sólo se componen de Cantos, sino también de Clamores, Oraciones que el Salmista elevaba a su Dios a través de la Poesía. Estas oraciones son las que muchos de nosotros también elevamos al vivir situaciones similares a las del Salmista, a veces podemos sentirnos en sus zapatos al leer su escrito, y ver cómo sus dichos son tan relevantes a nuestro diario vivir. A veces sentimos que nuestra alma está encarcelada, o sentimos desmayar, o sentimos que un Saul nos persigue, cualquiera que sea la situación, te aseguro que habrá un Salmo con el cual podamos relacionarnos. Por lo tanto, Selah también era necesario en el ámbito personal y espiritual para la vida del Salmista, él sabía la importancia de la Pausa e Interludio en lo Musical, pero él también supo que había momentos donde en su vida él también necesitaba una Pausa, un momento de reflexión, donde no solamente el le habla a Dios, sino donde él también puede escucharle y seguirle. Podemos imaginar al Salmista regocijarse en los Selah de la Adoración, pero también ser bendecido en los Selah de su Oración. Selah, esas Pausas Reflexivas, esos Interludios, deben ser parte de nuestra Adoración, pero también de nuestra Oración. De igual manera, nuestra generación, necesita tiempo de reflexión, interludios que nos ayuden a meditar antes de accionar, a estar seguros que todo lo que hacemos lo hacemos en Dios y no fuera de Él. Una generación Desesperada, necesita una Iglesia Paciente y Reflexiva en los Selah de Dios, aquellas breves Pausas que resultan en Decisiones Efectivas.
Es glorioso ver como esto abunda mucho más de lo que podamos imaginar, pues los Selah de Dios no solo se enfocan en Pausas e Interludios, sino que también tienen la capacidad de Producir Descanso. Por esto y más, el Salmista expresó; “Yo me acosté y dormí, Y desperté, porque Jehová me sustentaba.” Él sabía que durante su tiempo en la Cueva, su tiempo de Persecución, de Agonía, de Agotamiento, esos momentos de Pausa y Reflexión en Dios, le harían llorar lágrimas pero también hallar la fuerza necesaria para Vencer. El Salmista, durante su larga jornada, fue alguien que se cansó mucho, fue perseguido, fue pastor de ovejas, y en su finales días, lideró al pueblo, tareas que requieren mucha fuerza y sabiduría. El Salmista supo tocar el arpa, supo vencer osos y leones, supo derrotar un Goliat, pero sobre todo, supo identificar los Selah de Dios, esos momentos que le brindaban lo necesario para recordar que antes de ser un Rey, él también fue Ungido por Dios. Así como el Salmista, necesitamos encontrar la gloria que habita en los Selah de Dios, muchas veces pretendemos descansar sin Dios, o fuera de Dios, cuando en realidad aun el Descanso es provisto por Dios. Si necesitamos a Dios para todo, también lo necesitamos para descansar.
Nunca olvido las palabras de mi gran amigo, palabras que quizás ya he compartido anteriormente, el dice; “Nuestra Generación Duerme Mucho, pero Descansa Muy Poco.” Es fácil cerrar nuestros ojos pero aun al tenerlos cerrados, nuestro cuerpo puede seguir sintiendo la opresión, el desgaste por el cual podamos estar pasando. Esto solo se soluciona cuando verdaderamente se logra descansar en Dios. No podemos olvidar las palabras de Jesus; “venid a mi, todos los que esten cansados y trabajados, y Yo os haré descansar.” Solo Dios aquel que conoce cada coyuntura que pueda haber debilitada en nosotros es el que puede enderezar lo torcido, y fortalecer lo cansado. Permitamos que Dios, a través de sus Selah, nos provea el descanso necesario para seguir adelante. Muchas veces pensamos necesitar un milagro, cuando en realidad, solo necesitamos un Selah de Dios, busquemos Su bendición, Sus milagros, Su Presencia, pero no olvidemos de encontrar y apreciar esas gloriosas pausas e interludios, que producen movimiento en nuestras vidas.
"Selah, esas Pausas Reflexivas, esos Interludios, deben ser parte de nuestra Adoración, pero también de nuestra Oración."
Autor: Jorge Colón
theoreihub@gmail.com
2.12.2025