Los Tiempos y las Sazones


Hechos 1:7 - 7 Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; 8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra


Es interesante notar cómo el ser humano siempre ha expresado interés en entender con profundidad el aspecto del tiempo. Desde los tiempos de la Biblia, algunas de las preguntas más frecuentadas hacia Dios han sido tales como: “Señor, en qué tiempo sucederá?” “Señor, ¿cuándo contestaras a mi pedido?”, “Qué pasará este año en mi vida?” entre tantas otras… Siempre ha sido dificultoso entender el tiempo debido a que es un concepto abstracto el cual no podemos ver y necesitamos algún tipo de indicador o señal que nos permita diferenciar en el preciso momento el cual estamos. Para esto, Dios siempre se ha manifestado, y nos ha indicado en qué etapa de nuestra vida nos encontramos, para esto también nos dejó Su Palabra para poder distinguir todo lo ocurrido, y lo por venir. El tiempo proviene de Dios y es creado por Él, por lo tanto, el tiempo es un tesoro el cual nos permite vivir en Dios y también apreciar aquella Manifestación que al Creador le plazca manifestar. Esta manifestación ira de acorde con el tiempo que estemos viviendo. El Tiempo es un Regalo de Dios hacia el hombre, pero al mismo tiempo es un Puente, el cual nos permite caminar en Él hasta que podamos llegar al otro lado. Teniendo en cuenta, que llegará un día donde el Puente será removido, y todo aquel que no cruce, morará por la eternidad en un abismo del llorar y crujir de dientes. Sin embargo, tenemos que recordar que si el Tiempo fue Establecido por Dios, Dios no se sujeta a él, Dios puede trascenderlo, y sobre todo, obrar cuando Él quiera, y como Él quiera. Solamente el Autor del Tiempo, puede Tener el Control Total sobre el mismo.


Ese interés que el hombre siempre ha mostrado en cuanto al tiempo, es evidente en la porción establecida como base. Podemos observar como los discípulos durante esta última conversación con Cristo antes de su ascensión, ellos tenían la opción de preguntar cualquier cosa, sin embargo, optaron por preguntar en cuanto al tiempo. En sus mentes, aún había preocupación en cuanto al gobierno, un nuevo reino terrenal o imperio, el vengarse de los Romanos, el saber que sería de sus vidas, muchas emociones mixtas al momento que habría que escudriñar. Así nos pasa en muchas ocasiones, en nuestra oración, pudiendo hablar con Dios sobre tanto, escogemos cuestionar sobre el tiempo, o demandar que Dios revele algo que no tiene que revelar, algo basado en tiempo, y no en Su Promesa. Todos tenemos momentos donde quisiéramos saber el CUANDO, y no el PARA QUÉ. Sin embargo, aun los discípulos estando enfocados en lo equivocado, la respuesta de Cristo es digna de admirar. El remueve la atención en el tiempo, y la coloca en la Promesa, en lo Certero de Dios. No les tocaba saber EL CUANDO, les tocaba saber el QUÉ Y PARA QUE. Aquello que necesitaban para poder distinguir el tiempo en que estaban, y permanecer en tal Comisión. Qué glorioso que Dios no solo establece el tiempo, sino que Él también nos Dirige en cada momento en el que las Manecillas del Reloj deciden moverse. Así como las Manecillas del Reloj siempre se Mueven, las Manos de Dios no Cesan de Obrar y Su Palabra sigue Trascendiendo. 


Abundando en la respuesta de Cristo hacia los discípulos, pudiera haber breve confusión debido a la terminología utilizada por Lucas El Médico (autor de tal libro). Cristo responde utilizando las palabras “Tiempos” y “Sazones,” y es necesario desglosar ambas para apreciar la enseñanza en su totalidad. Cristo sabía que ellos estaban enfocados en el tiempo, sin embargo, primero les da un recordatorio de que así como Venció la Muerte y Resucitó, el Tiempo también se tiene que postrar ante Su Soberanía. La palabra “Tiempos” en su original hace referencia al término “Cronos”, del cual obtenemos la palabra Cronología. El “Cronos” es conocido como ese tiempo asignado al hombre y la tierra. Aquel tiempo que podemos medir con nuestro relojes y vivir en él. Por lo tanto, es el tiempo diseñado para el hombre. Mientras que “sazones” hace referencia al término “Kairos” el cual habla sobre el tiempo de Dios. El “Kairos” es aquel tiempo el cual no podemos entender, no estamos al tanto de cuando Dios obrara en Sus Promesas, no sabemos cuando el Volvera, no sabemos cuánto tiempo nos queda, debido a que acciones de Dios como las tales, están sujetas al Kairos y no al Cronos. Solo Dios puede entenderlas y saberlas en su totalidad. La mente del hombre está diseñada para el Cronos, no para el Kairos. Es aquí donde Jesus enfatiza que hay dos tiempos, uno del hombre, uno de Dios, y a pesar de la existencia de ambos, solo tenian que pensar en lo que Dios estaba apunto de hacer. Si tan solo hubieran descifrado que 50 días después de esta conversación ellos recibieron la Promesa del Espíritu Santo, Aquel que les ayudó a entender lo que un día no podían discernir. A través de estas palabras, Dios introduce Dos Tiempos, pero un Mismo Autor y Dios, pues no se trata de los Tiempos, sino del Diseñador de los Tiempos. 


Es cuando el Espíritu desciende sobre los discípulos, que entonces ellos enfocan su mente y mirada hacia el Propósito y Promesa y no la Cronología de sus vidas. Nosotros somos la continuación de la Iglesia, somos aquellos llamados no a descifrar en el tiempo en el cual Dios obrara, pero sí a discernir el tiempo el cual vivimos, para saber nuestra Condición, y estar en la espera de cada Manifestación que al Creador le plazca brindar. Recordemos, el Tiempo no solo puede mostrar la Fecha en la cual Caminamos, también puede Apuntar hacia la Condición en la cual Vivimos. No busquemos descifrar algo que le Corresponde a Dios revelar, sin embargo, estemos listos para lo que Dios quiera hacer, cuando El lo quiera hacer. 


A pesar del Universo consistir en Dos Dimensiones, la terrenal y la celestial, Dios tiene la capacidad de Habitar en la Celestial, y Manifestarse/Revelarse en la Terrenal. 


Dios puede trascender de una Dimensión hacia la Otra, para que así lo Terrenal pueda obtener un Preámbulo de lo Celestial. 


"Así como las Manecillas del Reloj siempre se Mueven, las Manos de Dios no Cesan de Obrar y Su Palabra sigue Trascendiendo"


Autor: Jorge Colón

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11.02.2024