En Su Presencia
“EN SU PRESENCIA”
¿Qué es la Presencia? En las escrituras, se habla a menudo de la presencia de Dios. En muchas ocasiones, la gente temía de ella. Lo podemos ver en Genesis 3:8 cuando Adán y Eva se escondieron de Dios en el jardín del Edén. También, cuando Manoa (padre de Sansón) se dio cuenta que era el Ángel de Jehová, y le dijo a su esposa: “Ciertamente moriremos, porque a Dios hemos visto” (Jueces 13:22). Incluso, otros sin éxito, intentaron escapar de su presencia (Jonás 1: 3). Su presencia se muestra a la humanidad atreves de su creación (Romanos 1:20).
“¿No me tienes respeto? ¿Porque no tiemblas en mi presencia? Yo, el SEÑOR, con la arena defino
el límite del océano como frontera eterna que las aguas no puedan cruzar”.
Jeremías 5:22 NTV
La Presencia es un lugar en donde Dios está presente. Cuando sabemos que Él está presente, nuestro comportamiento en medio de su presencia debe de ser respetuoso y humilde ante El.
“Donde abundan los sueños, también abundan las vanidades y
las muchas palabras; más tú, teme a Dios.”
Eclesiastés 5:1-7
¿Como se manifiesta su presencia: Antiguo Testamento/ Nuevo Testamento? La presencia de Dios se ha manifestado y se manifiesta de varias formas. La más común son: sueños y revelaciones conocidas como teofanías. Una de las teofanías más grandes del Antiguo Testamento, fue la aparición de Dios en el Monte Sinaí (Éxodos 19). Incluso, no solo se manifestó a un solo hombre, sino que también se manifestó a miles de personas de manera literal: donde Dios acompañó al pueblo de Israel con su presencia como columna de nube de día y una columna de fuego en la noche (Éxodos 13:17-22). Otras grandes y memorables teofanías sucedieron cuando Dios le da una visión a Isaías, “sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo” (Isaías 6:1). Dios le aparece también a Ezequiel, en medio de “Criaturas vivientes” lo cual más adelante se identifican como “querubines” (Ezequiel 1:10). Podemos ver como Dios intervino en la vida de su pueblo a través de estas teofanías, pero cuando Jesucristo tomó forma de hombre (Filipenses 2:6-11) con el fin de que nuestros pecados fueran justificados a través de Él; de su sacrificio. Ya no hubo necesidad de esas teofanías. Jesucristo no fue una teofanía, sino algo completamente nuevo; una unión entre Dios y el hombre. Cristo es permanente, mientras que las teofanías del Antiguo Testamento eran temporales. Sin embargo, no nos podemos olvidar de la gran importancia que contiene el Antiguo Testamento tanto como el Nuevo Testamento. Dicho de otro modo, Dios sigue obrando y manifestándose con su pueblo, pero su plan de salvación se cumplió a través de la crucifixión y resurrección de Jesús. Jesús nos promete enviar el Consolador, el Espíritu Santo, que ahora es la presencia de Dios en la tierra convenciendo de pecado a los no creyentes a Cristo, y siendo el guía para los creyentes. (Juan 14:16-26)
¿ Como lo buscamos? El Señor quiere que nosotros demos el primer paso, que vayamos y consultemos cuáles son sus planes, cuáles son sus deseos para nuestras vidas. Que le permitamos que Él haga su voluntad y sea el Centro de nosotros. Una vida plena requiere de su presencia, requiere una relación sincera y comprometida en oración, en el conocimiento de su palabra, y en ayuno. Por el sacrificio de Jesús, tenemos la libertad de acercarnos a Dios con confianza, reverencia, y humildad, reconociendo quien es Él.
“Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. Y los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz, más sin ver a nadie.” Hechos 9:5-7
¿Como mantenemos su presencia? Lo mantenemos viviendo una vida agradable a Dios. Es estar dispuestos a vivir de manera obediente y justa. Podemos ver en Genesis 6:9 que, “Noe era un hombre justo, la una persona intachable que vivía en la tierra en ese tiempo, y anduvo en intima comunión con Dios.” Debido a la obediencia de Noe a Dios, le salvo su vida y la de su familia de la destrucción que se venía en la tierra (Genesis 7:5, 6:22, 6:18). Por otro lado, la presencia de Dios transformó la vida de Pablo: de ser un perseguidor, a hacer un seguidor. Donde se mantuvo fiel y siempre dando un buen ejemplo de lo que es ser un verdadero cristiano hasta lo último de sus días.
“He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida.” 2 Timoteo 4:7-8
La Presencia de Dios es la nos hace sentir amor hacia nuestro prójimo, inclusive con las personas que intentan hacer el mal (1 Tes. 4:9-10). Su presencia es el poder que únicamente puede transformar la vida del ser humano (2 Corintios 3:18). Es la que nos ayuda a escrudiñar e interpretar su palabra (1 Juan 2:20). Nos da consuelo en tiempos de dificultad (Josué 1:5). Muchos lo buscan y encuentran ánimo y fuerzas para alabarlo (Salmos 42:5).
“Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.”
Éxodo 33:15 RVR1960
"No hay lugar en el mundo donde nosotros podamos escondernos de su presencia. "
Autor: Querubi Pagan
theoreihub@gmail.com
8.25.24