La Presencia y el Movimiento

Josué 3:2 - Y después de tres días, los oficiales recorrieron el campamento, 3 y mandaron al pueblo, diciendo: Cuando veáis el arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y los levitas sacerdotes que la llevan, vosotros saldréis de vuestro lugar y marcharéis en pos de ella


En una ocasión, dos jóvenes de una congregación conversaban sobre el éxito del liderato. El joven Sebastián decía; no se, siento que nuestros líderes aún no se mueven lo suficiente, los veo cansados y me siento desanimado, no quiero moverme en pos al plan del liderato para este año, siento que no es suficiente. El joven Arnaldo le responde; conoces la cantidad de tiempo que requiere el liderato? tienes alguna idea de lo que están viviendo? o mejor aún, no has preguntado porque se sienten así? Sebastian comenta; bueno, nunca les he preguntado pero pues, lo que se ve no se pregunta. Arnaldo nuevamente comenta, no será que llevan tanto tiempo moviéndose por aquellos que aún no quieren moverse, y es esa la razón por la cual están poco cansados? No ves que el Liderato solo puede dirigir el pueblo hacia el camino, pero le toca al pueblo caminar y moverse por el camino que les ha sido proveído. ¿No será que estas esperando que otros se muevan, cuando son ellos los que están quietos, esperando por ti? Para reflexionar…


Un escenario frecuente el cual vemos en nuestras congregaciones, es pensar que el liderato es responsable no solo de liderar, sino también de mover nuestros pies. Es fácil pretender que el Liderato no solo cargue el Arca, sino también que estos tengan que empujar nuestros pies. Es evidente que nos ha tocado una generación conforme a la exhortación bíblica; “tiempos de manos caídas, y rodillas paralizadas”. Una generación la cual no ama moverse y aun así, busca detener a aquellos que sí se mueven. Es alarmante ver cómo la Iglesia sigue en Movimiento al ser un Cuerpo vivo, pero muchos de sus pertenecientes optan por detenerse, quedar estancados, y luego culpar circunstancias externas por su carencia de fervor, y colaboración con el liderato. Este estancamiento se debe a muchos factores, la pereza de la era digital, las muchas distracciones, todo lo entretenible, las rutinas, el desánimo, entre tantos otros. Es menester recordar que aun cuando muchos se detienen, la Iglesia, el Remanente, siempre anda en Movimiento, no es el Cuerpo quien se detiene, son aquellos que deciden salir del Cuerpo, ya sea temporera, o permanentemente. ¿Cómo se sentiría el Apostol Pablo si le tocará liderar congregaciones de nuestra generación? ¿Cómo se sentiría Pedro al tratar de apacentar a las Ovejas del Siglo 21? 


No es coincidencia las instrucciones brindadas por Josue al Pueblo. Había dos requisitos principales, los Sacerdotes (Liderato) tenían que cargar el Arca, pero el Pueblo, tenía que santificarse, y no dejar de moverse en pos del Arca. Si tan solo reflexionaramos, es imposible llegar al Jordán solo con los Sacerdotes, o solo con el Pueblo, se necesita tanto los Sacerdotes cargando el Arca, pero también el Pueblo moviéndose en pos del Arca, en tierra seca, con cánticos de alabanza, y corazones temblando ante la Presencia. Es tan importante que la Presencia de Dios este sobre el Pueblo, pero también la Dirección, pues Necesitamos el Arca en nuestros Hombros, pero Movimiento en nuestros Pies! 


El primer requisito, la Presencia de Dios, representada por el Arca, no era un cajón o un amuleto el cual cargaban, era un asunto muy serio, pues evidenciaba que así como podrán ver el arca, tocarla, y saber que era real, así mismo Dios, a pesar de la distancia, estaba con el pueblo, y también en el pueblo. La Presencia de Dios, mencionada en todos los libros de la Biblia, es más de lo que podamos pensar. Es indicativo de que un Dios Todopoderoso, tiene la capacidad de habitar en el Cielo, en Su Santo Templo, pero al mismo tiempo Dirigir al Pueblo en la Tierra. Pues Dios no depende de espacio, tiempo o materia, sino que todo depende de Dios, y Él está donde Él quiera, y cuando Él quiera. Que bendición, es tener un Dios que puede habitar y moverse dónde quiera, mas El quiere habitar EN nosotros, y Moverse con nosotros. El pueblo, necesitaba la Presencia de Dios para llegar al Jordán, los Sacerdotes, necesitaban la Presencia para Liderar, así mismo, nuestra generación, sin la Presencia, morirá. Es la Presencia lo que nos conecta con el Dios vivo, pero también lo que nos muestra las huellas por las cuales el Dios vivo se está moviendo. Por eso Moises no quería moverse, si la Presencia no iba por delante. Si queremos una generación exitosa, un Liderato exitoso, el Arca debe reposar en nuestros hombros, pero abundar en todas las áreas de nuestra vida. Pues el Arca no es un cajón, es un pacto, una promesa la cual confirma que donde esté la Presencia de Dios, allí también Él estará, no en un estado quieto, sino de Movimiento. 


El segundo requisito, era que los Sacerdotes debían de ir adelante, y luego pararse en el Jordán, esperar a que el agua secara, y no moverse, cargar el Arca hasta que todo el pueblo cruzara con pies secos. Imagínese el gran peso del Arca en sus hombros, sus plantas de los pies en el suelo casi sin poder moverse, y tener que permanecer así hasta que TODO el pueblo cruze. Así mismo es la vida Ministerial, nos toca cargar el arca, no para que nosotros pasemos, sino para que los otros pasen por donde no pueden pasar por su cuenta. Sin embargo, el liderato no puede hacer el trabajo del pueblo, solo se les puede mostrar el camino, más a ellos les toca moverse en pos de él. Hay muchos Sacerdotes hoy cansados, llevan cargando el Arca por tanto tiempo, para que los pies del pueblo no sufran, que ya sus hombros están a punto del colapso, debido a la demora del pueblo. Pero la razón por la cual el Arca aún no se ha caído, es porque no es un cajón, es la Presencia de Dios, no es casualidad que el Profeta Zacarias enfatiza: “No es por fuerza, sino por el Espíritu”. La razón por la cual el Arca aún sigue en nuestros hombros, es porque Dios es CON y EN Nosotros. 


Hoy el Señor brinda doble amonestación, hay un Sacerdocio que aun cansado, tiene que permanecer con el Arca en sus hombros, y sus pies en el Río, pues aún falta mucho pueblo por andar. El Arca no se caerá, porque no son nuestras fuerzas cargándola, sino las mismas manos de Dios a través de nosotros. Hay un pueblo, el cual pretende que los Sacerdotes los esperen por siempre, pero tal como en Josue, tienen que salir de sus casas, santificarse, y moverse hacia el Jordán antes de que el suelo vuelva a mojarse. 

Hoy Dios quiere FORTALECER al Sacerdote, pero también IMPULSAR al estancado!



Cuando los Hombros de los Sacerdotes CARGAN el Arca, los Pies del Pueblo se MOVERAN EN POS de ella!


 “Cuando los Hombros de los Sacerdotes CARGAN el Arca, los Pies del Pueblo se MOVERAN EN POS de ella.”


Autor: Jorge C.

theoreihub@gmail.com

7.06.24